Preámbulo


La Educación Primaria Bolivariana es el subsistema del Sistema Edicativo Bolivariano que garantiza la formación integral de los niños y las niñas desde los seis (6) hasta los doce (12) años de edad, o hasta su ingreso al subsistema siguiente.
Su finalidad es formar niños y niñas con actitud reflexiva, crítica e independiente,  con elevado interés por la actividad científica, humanista y artística;  con una conciencia que les permita comprender, confrontar y verificar su realidad por sí mismos y sí mismas; que aprendan desde el entorno, para que sean cada vez más participativos, protagónicos y corresponsables de su actuación en la escuela, familia y comunidad. 
La Práctica Profesional conforma un proceso continuo, sistemático y armónico, integrado por fases, que representan, para el estudiante, un amplio y variado conjunto de situaciones que le permiten la demostración de habilidades, destrezas, conocimientos, aptitudes y actitudes desarrolladas en los Componentes Curriculares que conforman el Plan de Estudios. 
Desde el punto de vista teórico-conceptual la Práctica Profesional es parte de la Pedagogía, en lo que se refiere a los momentos de integración y aplicación de ésta; aún cuando pudiera hablarse de un área del conocimiento o campo del saber específico para la Práctica dada su relevancia, trascendencia, impacto, importancia, particularidad y especificidad.
Como estudiante espero desarrollar con bastante fluidez ese don de enseñar a ños mas pequeño a pensar en grande.
Aquellos que llevan la digna labor de enseñar son los maestros. Ellos construyen, moldean, cimientan, siembran y conducen los conocimientos fundamentales para el futuro de los niños y adolescentes. 
Ser maestro no es nada más cubrir un horario de trabajo, ni cumplir con los contenidos del programa escolar. Es ir más allá, ¡Formar gente provechosa y exitosa! 
Ser maestro es pulir, cincelar y diseñar con paciencia y tolerancia las habilidades de cada alumno. Haciendo con ello una obra de arte universal.
La dignidad del maestro es mantener su ética profesional y responsable en bienestar de su propia actitud personal y educativa.
La dignidad del maestro se cultiva, se abona, se alimenta, se enriquece y se valora, con sus propias acciones.
Por su gran valor, la dignidad del maestro se fomenta día a día con el ejemplo innegable.
La dignidad del maestro es un regalo para la sociedad, es un estímulo para las familias, es una bendición para los alumnos ¡Es un triunfo para sí mismo!.
Maestro, Maestra:¡Cuida esa dignidad que tu propia profesión te ha heredado!
¡Sé un buen Maestro(a)!

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